domingo, 9 de febrero de 2020

ANGOULÊME 2020

Hace ya una semana que estoy de vuelta de la 47ª edición del Festival de la Bande Dessinée de Angoulême, un evento que todo aficionado al comic debería visitar al menos una vez en la vida ( según mi modesta opinión ).




Ha sido ésta una edición reivindicativa por las condiciones de trabajo de los autores, que, a pesar del buen momento que parece vivir el sector, más de la mitad de ellos viven por debajo del salario mínimo, según lo expresado en un informe del Ministerio de Cultura francés.

Pero polémicas aparte, quisiera centrarme en lo vivido durante estos días en el Festival.

Empezaré por las exposiciones, que suelen mostrar la obra de autores de enorme calidad. Si el año pasado me perdí la de Richard Corben , de la que todo el mundo habló maravillas, este año era la presencia de un gigante del comic norteamericano como Wally Wood la que concentraba los elogios.




 La de Wallace Wood es una de las obras más variadas que conozco: ha dibujado
"Príncipe Valiente" bajo la tutela mi adorado  Hal Foster, Sky Masters of the Space Force con Jack Kirby, y The Spirit con Will Eisner.







A lo largo de su carrera, Wood hizo humor, sátira, comics de acción, de guerra, drama, fantasía, ciencia ficción...ha descubierto caminos en el comic que luego otros han seguido.











Su muestra es una verdadera enciclopedia del comic, de cómo usar la técnica desarrollada durante años y años: las sombras, los volúmenes, el blanco y negro, las tramas de grises ( tan características ) ; cómo crear ambientes y personajes, cómo componer páginas e ilustraciones prodigiosas...MAGNÍFICA.

Y no menos magnífica fue la expo de Lewis Trondheim. Un extensísimo recorrido por la carrera de este artista, contando con planchas de muchas de sus obras más significativas.




Como curiosidad, la exposición estaba acompañada en todo momento por los dibujos que Trondheim había hecho sobre la misma pared de la que colgaban las obras. Dibujos alegóricos, explicativos o reivindicativos que apostillaban con el carácter humorístico del artista el recorrido de la exposición.






El trazo limpio de Trondheim se hacía protagonista en muchos de los cuadros...





 ...y el color, tan característico, llamaba la atención en muchas de las planchas.



 Los mundos de " La Mazmorra"  eran una parte importante de la muestra.




Sus apuntes del natural daban fe de la calidad de este fiel observador



La pulcritud de la linea es la característica que más llamaba la atención en una gran parte del recorrido.




El espacio estaba perfectamente ambientado con ilustraciones a gran formato. Aquí con Lapinot, su creación más conocida.






 Trondheim usaba estos cuadernos para dar rienda suelta a su imaginación. Algunas planchas de su célebre creación " Frantico " estaban presentes en éllos.






Más dibujos alusivos de Trondheim. Aquí corrige la editorial de procedencia de la obra expuesta...





















La muestra permitía ver incluso un globo terráqueo decorado con sus personajes.





 Aparte de las exposiciones, el ambiente en Angoulême giraba totalmente alrededor del comic, desde las calles a los escaparates. Los actos y las firmas de ejemplares se sucedían durante la semana, y, a pesar de la lluvia constante, el público llenaba las carpas.





Los muros del Musée de la BD ornamentados con los personajes de Will Eisner.



Corto Maltés vigila el paso sobre el río...




Charles Burns, otro grande del comic actual, firmando ejemplares de su obra.





Las luces del Ayuntamiento ayudaban a propagar el ambiente festivo.























 Y aunque fuera muchísimo el ambiente y los eventos comiqueros, uno no se cansa de esta fiesta contínua. Es más, la inmersión en este mundo fantástico parece prolongarse días después del viaje, de tal manera que uno sueña con volver el año que viene.



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