Algunos años después de haberla empezado, y con la ( inconstancia ) intermitencia que me caracteriza para hacer ciertas cosas, he terminado la que ha sido mi "novela de cabecera " durante mucho, mucho tiempo. La voluminosa novela Ohio, de Stephen Markley ( Alianza Editorial, 2019 ) me ha acompañado durante el confinamiento, en las horas muertas que parece que no pasen, pero también ha estado conmigo en vacaciones, o cuando el sueño no llega...los libros siempre nos esperan.
Al grano: una novela que empieza con : "Dentro del féretro no había ningún cuerpo"...no puede sino engancharte desde el inicio.
A lo largo de 579 páginas, el autor nos traslada a New Canaan, un pueblo del medio Oeste azotado por la crisis económica reciente y que ha vivido días mucho mejores. En el libro, New Canaan y sus vicisitudes acaba tornándose una metáfora de la América contemporánea.
Cada uno de los cuatro capítulos de la novela, está dedicado a uno de los personajes, y estructurado en torno a las vivencias de ese mismo personaje en su retorno al pueblo: Rick Brinklan ( que ocupa la parte del corto prólogo ), y en mayor medida, Bill Ashcraft, Stacey Moore, Dan Eaton, Tina Ross y Lisa Hanson son jóvenes que crecieron en New Canaan y por motivos diversos, han salido del pueblo a buscarse una vida mejor y en 2013 vuelven a pisar sus calles.
Y es justo ahí donde el bisturí afiladísimo de Stephen Markley incide con precisión milimétrica, implacable, en el pasado, que siempre retorna de un modo u otro. Y a veces, ese pasado trae consigo fantasmas que permanecen enterrados en la memoria hasta que despiertan, y con ellos, despiertan los ecos de algo que sucedió y que, de un modo u otro, forjó la personalidad de cada uno de los personajes que pululan por las páginas de " Ohio".
Markley, en esta novela, caracteriza a sus personajes perfectamente, con tanto detalle que casi podrías tropezarte con ellos en cualquier bar mal iluminado, en el césped o las gradas del campo de fútbol americano, en los pasillos del instituto...se puede oler el desencanto, la nostalgia de lo que fue y no volverá, el mordisco de la culpa y las obsesiones de cada uno...lejos de parecer clichés, Markley dota de tantos matices a sus personajes que podría decirse que les insufla trozos de vida. Es normal que en las minuciosas descripciones de los personajes, estos se retrotraigan a recuerdos de situaciones pasadas que llevan a entender más su compleja personalidad.
Dueño de una prosa exquisita, el escritor domina el tiempo: son abundantes los flashbacks, que no hacen sino añadir más fundamento a la esencia de los personajes, de los lugares, de los hechos. Y como casi siempre, no puedo sino felicitar al traductor, Eduardo Hojman, por su labor en transmitir tan fielmente las palabras de Markley.
A pesar de haber tenido que espaciar la lectura por motivos diversos, he disfrutado este libro como pocos, y he descubierto a un maestro precoz, al que trataré de seguir la pista en el futuro.
OHIO, autor: Stephen Markley
Colección Alianza Literaturas, 2019
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