miércoles, 31 de diciembre de 2025

Última lectura: AÑOS LUZ, de James Salter.

 Llegamos al último día de un año, 2025, en el que he mantenido bastante viva mi pasión por dibujar, reproduciendo principalmente ilustraciones clásicas de principios del Siglo XX o poses varias de cosplayers femeninas.


( Cosplay de Elektra, Katydecobray )


(Reproducción de una ilustración de Eduard Thöny)


Cosplay de Giu Hellsing.


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Entre mis últimas lecturas, he acabado el año con James Salter y su novela "Años luz",( Salamandra ) a la que tenía muchas ganas. Sin embargo, tras un comienzo esperanzador, me ha resultado algo sosa y se me hizo larga al final. 

La escritura de Salter es brillante, no lo voy a negar: maneja las palabras con acierto y algunos pasajes tienen esa calidez poética que los buenos escritores saben inculcar a sus textos. 





Durante los primeros capítulos, asistimos a la presentación de los personajes principales de la obra, Viri y Nedra, un matrimonio que vive con sus dos hijos en una enorme casa con terreno arbolado a las afueras de la populosa Nueva York. 

La casa, una antigua mansión con un encanto casi victoriano, situada a la orilla del río Hudson, en un enclave rural, es un aislado remanso de paz en el que los personajes rienda suelta a sus sueños más bohemios, entre visitas, cenas, brindis, comidas bajo los árboles y profundas charlas inacabables con una extensa variedad de vecinos, amigos y conocidos que frecuentan la compañía de ambos. 


Pero nada mas lejos de las intenciones de ambos protagonistas que ver transcurrir la placidez de la vida ante sus ojos: huyendo de un cierto conformismo, tanto Viri como Nedra buscan salir de la monotonía lanzándose a los brazos de otros amantes, casi como si fuese un destino inapelable. Como si la búsqueda de la felicidad llevase indefectiblemente al infortunio, ambos se sumergen en una nueva realidad llena de incertidumbre y desesperanza.


Las consecuencias de tales actos los persiguen durante las páginas del libro y no son pocas las reflexiones que acompañan tanto a uno como a la otra en sus vivencias.


 En las hojas del libro flota la idea de que el transcurso del tiempo, la inquietud y las circunstancias empañan las relaciones ( tanto de amistad como amorosas ) como una incuestionable fatalidad.


La novela narra los avatares de la pareja y sus hijos a lo largo de los años ( publicada en 1975, la novela bien podría ser un reflejo de una parte de la sociedad de finales de los 70, pero se ciñe a un ámbito más personal e intimista ) y desprende una sensación de escepticismo, un cierto desencanto en la totalidad del texto.


Éso lo sabe hacer muy bien Salter, que dota de una extraordinaria profundidad moral y sentimental a sus personajes. A través de éllos,  vivimos y sentimos la desazón, el vacío existencial de no ver nunca colmados sus deseos.


Sin embargo, y es una apreciación muy personal, me parece que a través de las páginas de " Años luz", en ocasiones, hay demasiadas enumeraciones, un ímpetu atropellado por reflejar la elegancia y el buen gusto de Nedra, (por ejemplo). Así, a base de juntar muchas acciones de ese tono en un solo pasaje, sin dar lugar a la interpretación del lector, lo da todo "mascado" y reafirma esa condición del personaje...


Pero esta sensación no ha de apartarnos del hecho de que Salter es un maestro de la escritura, un narrador clarividente ( si bien hasta ahora había sido un gran desconocido para mi  ) y su obra, "Años luz" un clásico del Siglo XX.




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